viernes, 28 de enero de 2011

La PREHISTORIA: Relato finalista (3er puesto)

Una tribu del paleolítico. Ilustración de Adrián Sepúlveda, 1º ESO.

EL PRINCIPIO DEL SEDENTARISMO
Jesús Marín García


Hayak era un chico de doce años. Medía aproximadamente un metro y pesaba sobre treinta y siete kilos. Era un chico especial porque pensaba diferente al resto y era marginado por los otros niños. Él pensaba que en lugar de ser nómadas (ir viviendo de sitio en sitio) podían ser sedentarios (quedarse a vivir en un sitio fijo). Pero al ser un niño, nadie le hacía caso. Él se sentía frustrado ya que sólo para hacerlo, necesitaba criar a los animales (ganadería) y plantar semillas de verduras o frutas (agricultura).

La vide los homínidos nómadas. Ilustración de Adrián Sepúlveda.

Hayak se dirigió a la tienda del sabio de la tribu y le dijo:

-¿Por qué nadie me hace caso, sabio?
-¿Por qué nadie hace caso a los niños? Qué buena pregunta, chico. Pues porque el ser humano de hoy en día no está preparado para las nuevas e innovadoras cosas ya sean como saber que las mujeres son iguales a los hombres o en tu caso no tomar a los niños en cuenta.

-Gracias, sabio. Eso creo (esto último se lo dijo a sí mismo porque el sabio hablaba muy rápido).

Pero qué podía hacer él. Sólo esperar.

Pasaron los años y este chico se convirtió en un hombre hasta llegar a ser el más anciano y sabio de su aldea, “Los Hominidos”. Entonces ya le hacían caso. Él ya inventó grandes instrumentos como la hoz para segar el trigo o el molino para molerlo. También introdujo en la tribu la cerámica y enseñó a las mujeres a tejer.

Los comienzos de la agricultura. Ilustración de Paula Vivas, 1º ESO.

Pero aún pensaba cómo introducir lo que es ahora la agricultura y la ganadería. Lo intentó de todas las maneras, incluso con esquemas. Pero no lo consiguió, hasta que empezó a hacerlo él y los demás lo imitaban y poco a poco todas las tribus lo hicieron y todos se convirtieron en sedentarios.


FIN



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miércoles, 26 de enero de 2011

La PREHISTORIA: Relato finalista (2º puesto)

Mujeres recolectando. Ilustración de Francisco Godoy.

EL APOGEO PERDIDO
Paula García Escalera


Titirota era una mujer de una tribu de la época del Paleolítico. Todas las mañanas iba con otras mujeres al campo a recolectar mientras otros hombres cazaban en grupo. A veces los hombres volvían sin presas, en cambio las mujeres siempre solían traer algo de cosecha.

Un día, Titirota se encontraba mal, y ese día no pudo ir a recolectar y se quedó en la cueva junto con otras mujeres que acababan de dar a luz a sus hijos. Una de ellas le dijo que a lo mejor era que estaba embarazada y, al cabo de tres meses, se dieron cuenta de que era eso, estaba embarazada. Después de haber pasado el período de embarazo, Titirota dio a luz a un niño, un niño moreno de ojos verdes. Al que llamó Piriro.

Pasaron los años, y Piriro ya tenía 10 años. Los hombre de la tribu empezaron a enseñarle varia técnicas para cazar, ya que dentro de poco él también iría a cazar junto con los otros hombres de la tribu. Algunos días le llevaban a cazar, para que viera como se hacía. Pasaban los años, y Piriro ya cazaba con los hombres de la tribu, su madre ya tenía mas de 30 años, y había tenido otros dos hijos más: una niña, Peznás, y otro niño, Brito, que a pesar de que solo tenía 6 años, iba a pescar con los más jóvenes.

Al cabo de unos pocos años, Piriro tuvo una hija con una de las “mujercitas” de la tribu, Kisa. Con la que, pasados los años, tuvo otra hija más. Piriro ya tenia 29 años, cuando Titirota enfermó, ella ya tenía 42 años, con lo que consideraban que su vida fue lo suficientemente larga comparada con la de las demás personas de la tribu. Mientras Titirota estaba metida en una cabaña sin salir, Piriro se ocupaba de sus dos hermanos y de sus dos hijos.

Cuando los hombres ya estaban cavando lo que sería la fosa de Titirota, ella se recuperó repentinamente, sin nadie esperarlo; fue entonces cuando su mejor amiga iba a llevarle algo de comer, y al verla tan bien, empezó a llorar de la alegría. Era tal la alegría que tenía, que no tenía fuerzas para salir a llamar a los tres hijos de Titirota. Cuando tuvo fuerzas para hacerlo, salió a buscarlos, y los encontró más allá del bosque, los llamó y ellos, pensando que lo que quería era anunciarle la muerte de Titirota, salieron corriendo hacia ella y cuando les dijo que su madre se había recuperado sola, empezaron a correr hacia la cabaña donde Titirota se encontraba. Al verla tan bien, pensó que ya podría hacer lo que solía hacer todas las mañanas antes de enfermar, y pudo hacerlo sin problemas.

Piriro volvió a tener otro hijo con Kisa, esta vez niño, al que quiso llamarlo como él.

Cuando ya Titirota había fallecido de anciana, Piriro volvió a tener otro hijo, gemelo con otros dos, tuvo trillizos. Los habitantes de la tribu empezaron a pensar que Piriro debía ser el jefe de la tribu, pues había tenido más hijos que los demás en toda la historia de la tribu, y allí era jefe quien más hijos tenía, el ya tenía 6, y decía que a lo mejor se animaba a tener otro más, corriendo el riesgo de que en vez de esperar uno, viniesen más de uno, o más de dos.

La caza en el Paleolítico. Ilustración de Ignacio Albisua.

Piriro acabó siendo jefe de la tribu, pero a pesar de ello él no mandaba, él seguía cazando con los demás, y seguía enseñando técnicas a los mas jóvenes.

Kisa murió mientras daba a luz a su séptimo hijo, que también murió con ella... por lo tanto Piriro tuvo que hacerse cargo de sus 6 hijos, y no quiso ser jefe de la tribu.

Un día, de madrugada, empezaron a oír pasos de animales corriendo desde lejos, que cada vez se iban acercando más, y más... hasta que la manada de bisontes alcanzó las cabañas, no pudieron huir… No consiguió salvarle nadie, pues la manada venía muy extendida.. y no les dio tiempo a correr.

Las cabañas quedaron totalmente arrasadas, y todas las personas, aplastadas; nadie sobrevivió. Acabó la sucesión de esta tribu, la tribu de Yancana.


FIN



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lunes, 24 de enero de 2011

La PREHISTORIA: Relato ganador

Por fin vamos a estrenar el blog de sociales:


Los alumnos de 1º de ESO realizaron, tras finalizar el tema de la prehistoria, diversos relatos ambientados en esa época de la humanidad. Después leyeron todos los relatos de los compañeros, y puntuando individuamente, eligieron tres relatos ganadores. El que mostramos a continuación fue el relato ganador, correspondiente a la alumna Paula Vivas García. Las ilustraciones también son de compañeros de su clase.

Menhir y dolmen. Ilustración de Jesús Marín, 1º ESO.

EL DESEO DE CARLOS
Paula Vivas García


Esta historia sucedió un 13 de abril de 2005, cuando Carlos cumplió diez años. Era un día muy esperado, toda su familia había venido a verlo. Cuando llegó el momento de soplar sus velas pidió un deseo que, aunque él no lo sabía, iba a ser muy especial …

-Deseo ir a un lugar que nunca haya visitado y que sea impresionante -susurró en voz baja.

Una vez terminada la fiesta, se fue a dormir.

-¡Buenas noches, papá! ¡Buenas noches, mamá!

Cuando despertó por la mañana, se encontró una gran sorpresa … ¡Estaba en una aldea neolítica! Carlos estaba sorprendido, no sabía que hacer, la verdad es que estaba un poco asustado.

-¡¿Hola!? -dijo- ¿hay alguien ?

Salieron varios niños y algunas mujeres; se presentaron y le explicaron como era su vida allí.

Se sorprendió de lo difícil que era vivir en esas condiciones. Había un grupo de hombres haciendo utensilios, algunas mujeres cocinando, tejiendo ropa o cuidando de sus hijos. Era una aldea muy rara, no tenía calles, todas las casas estaban pegadas unas a otras. A ellas se accedía por el techo. Aunque eran muy pequeñas, tenían suficiente espacio para lo imprescindible: una sala para preparar la comida, un espacio para dormir, una pequeña habitación de almacén y otra de santuario.

Lo que le llamo la atención fue que en casi todas de estas casas había unas estatuas de mujer, que aunque para su gusto eran muy feas, para los habitantes eran muy importantes, como unas diosas. Pero lo que más le gustó de esta aldea, fueron unos monumentos construidos con grandes losas de piedra, llamados megalitos...

Dólmenes. Ilustración de Paula Torres, 1º ESO.

-¿Qué son estas piedras tan grandes?- preguntó Carlos.
-Son megalitos- dijo una niña.
-¿Y qué es eso?- volvió a preguntar.
-Este es un menhir- respondió.
-¿Y para qué sirve?- preguntó de nuevo.
-Pues es una piedra que indica que este es nuestro territorio...
-Pero hay dos mas que son diferentes- dijo un niño pequeño.
-Si, el dolmen, que es una cámara de sepultura funeraria, y el crómlech, que es un círculo de piedras muy grandes,le contestó un hombre que se había acercado al ver la curiosidad del visitante.

La entrega del collar. Ilustración de Victoria Medina.

La entrega del collar. Ilustración de Claudia Ruiz,

La entrega del collar. Ilustración de Ana Sánchez.

Después de todas estas explicaciones estuvieron jugando por la aldea y Carlos lo pasó estupendamente. Los niños le dieron un collar muy bonito antes de irse a dormir, y así se despidieron hasta el día siguiente. Cuando despertó estaba en su cama y creyó que todo había sido un sueño, pero cuando vio el collar, no pensó lo mismo...


FIN



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